A veces me pregunto qué narices hago yo perdido en un campo de Vetetúasaberdónde esperando a que un tormentón me pase por encima. Lo normal es que, como nos han enseñado desde pequeños, huyamos de estas cosas. Que huyamos de las tormentas, del agua, del frío, de la niebla… Y, parece ser, que algo nos falla a los fotógrafos para, precisamente, buscar las tormentas, el agua, el frío o la niebla.
Algún tipo de chip defectuoso nos hace disfrutar como enanos en estas situaciones. No solo por las fotos, si no porque lo que podemos ver en esos momentos es lo que nunca se enseña del mundo. Esa parte preciosa a la que nos han enseñado a temer.
La fotografía de tormentas en particular, es una especialidad que requiere de muchísimas habilidades, pero la más importante es, sin duda, la perseverancia. Si quieres ver más fotos y vídeos de este día y que te explique qué es eso de la perseverancia, te dejo el enlace a la entrada del blog.