Hace un par de semanas mi PC empezó a hacer cosas raras. Después de mil pruebas y averiguaciones (Gracias, Windows, por estas fantásticas horas perdidas investigando problemas que tú mismo me podrías decir que tienes) vi que un par de módulos de mi RAM parecían estar tocados.
Bueno… Pues ya de sustituirlos, pues los mejoro un poco y ya cambio también el procesador, que mal no me va a venir. Un plan supercoherente urdido en complicidad de Gemini, como os conté en este hilo.
El caso es que al reemplazar el procesador, todo se fue al carajo sin que tuviera aquello mucho sentido. Pánico, obviamente, porque el PC directamente no es que no arrancara Windows… Es que no se encendia ni la placa. La opción de un cortocircuito afectando a mis discos duros estaba ahí… La posibilidad de perder todos mis datos estaba ahí.
Y aquí es donde tener el culo tapado te hace tomarte las cosas con una perspectiva un poquito más calmada.
Yo soy un poco obsesivo con no perder datos. Ya me pasó una vez y dije que nunca más. Es una tarea que necesita de planificación, inversión y trabajo de automatización, pero es justo en estos momentos donde todo vale la pena.
La semana que viene escribiré en el blog un artículo de cómo es mi sistema de backup online y offline por si a alguien le va bien, pero hoy quería recordarte que “shit happens” y que lo hace en cualquier momento. Si no lo tienes, empieza a hacer backup por lo más básico. Pillate un disco duro enorme y mete todo ahí.
Al menos hasta mañana estarás cubierto. La semana que viene te explico como automatizar el proceso.
PD. Al final no solo conseguí salvar mis datos, sino que conseguí que todo funcionara correctamente. Tener el culo cubierto te permite pensar mejor y con mucha más tranquilidad.