Últimamente utilizo mucho la transcripción de audios de mi grabadora de voz. Aprovecho ratitos muertos para esbozar en voz newsletters, entradas del blog... Luego los transcribe y así hago el texto final. Ayer probé a que lo hiciera ChatGPT.
Te dejo el resultado:
Y es que me alucina como, aun dandole chascarrillos y anécdotas para aburrir, el cabrón se las ingenia para hacer un ladrillo perfecto con las mismas características perfectas del ladrillo anterior.
Y no sé a ti… Pero es que a mí esto me aterra.
Si lo piensas cuando antes buscabas algo en Google, te aparecía un listado de páginas que tú podías consultar para contestarte a tu pregunta. Tú veías las fuentas, veías si había alternativas y tú decidías qué y cómo creer.
Ahora, directamente, ChatGPT te dice LA VERDAD. Y, como lo dice ChatGPT, poh será verdá.
O no.
Porque vista la necesidad patológica de este supraser por la uniformidad y el orden, me temo que, quizá, busque con sus respuestas que todos seamos uniformes y ordenados.
Lo siento ChatGPT.
Seguiré escribiendo mis cosas con mi estilo, con mis sesgos y mi jodidamente absurdo sentido del humor.
And I think it´s beautiful.
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It's ducking beautiful