Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un fotógrafo cuando empieza es la velocidad. Y no me refiero a la velocidad de obturación. Me refiero a la velocidad a la que creamos y consumimos. En definitiva, la velocidad a la que vivimos.
Desde pequeñitos nos enseñan a correr. Pararse es de vagos y es completamente ineficiente, así que hay que estar en constante movimiento para producir más y más. Para ser útil. Para ser más válido que el de al lado. Estos mensajes se van acelerando aun más según nos vamos haciendo más mayores. “es que si no lo hago ahora luego voy a ser muy mayor”. “Es que si quiero ascender tengo que hacer más.”.
Y venga más rápido. Y venga más rápido.
De repente, te ves a ti mismo un domingo, sin nada urgente que hacer, caminando rapidísimo para ir a tomar un vermut con tu mujer. Pero a toda hostia… Así nos han programado. De locos. Y esto es un problema. Es un problema para la vida en general, pero también lo es para la fotografía en particular.
Y lo es porque la fotografía necesita calma y concentración. Dos cualidades que son la antítesis de lo que nos han enseñado. Lejos de apretar el paso y de mirar a lo lejos para ir más rápido, la fotografía necesita de fijarse muy bien en lo que tienes cerca y detenerse por varios minutos si es necesario. Y cambiar esto es muy duro. Aprender es duro, pero si además tienes que desaprender, es aún más jodido… Pero vale mucho la pena.


Ser capaz de emplear una, dos o tres horas en una única actividad, abstrayéndote de tu móvil, de las llamadas y de tu emails es ser un rara avis hoy en día. Si, además, logras hacer esto en una ciudad con 10.000 estímulos por metro cuadrado, la sensación de paz que te queda es MARAVILLOSA.
Y si además te llevas fotos, pues mejor.


Y así, casi de esa necesidad de parar, nace el pequeño proyecto Bilbao at Night. Pequeños paseos bajo la lluvia con la cámara en mi ciudad por la noche, con menos gente, con más espacio.
Este pequeño fotolibro es una especie de agradecimiento a mi ciudad por regalarme esos ratitos de oasis entre tanta marejada, entre tanta velocidad. Espero que los que os animéis a comprarlo, podáis disfrutar de un poquito de esa calma y que os animéis a practicar esta especie de terapia.
Ahora puedes:
Compartir esta newsletter con un/a colega fotógrafo/a:
Seguirme por Bluesky , donde me paso media vida hablando de fotografía.
Darle al ❤️ a esta publicación más abajo.
APRENDER FOTOGRAFÍA // MI BLOG // #MADEBYAHUMAN
¡MUCHAS GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHÍ Y APOYARME SIEMPRE!